Pequeña talla en basalto, cuya procedencia original nos es desconocida. Sus dimensiones alcanzan los 21 por 23 por 45 cm. La bióloga Norma Valentín, de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, nos explica que de forma esquemática figura la cabeza de una serpiente venenosa. Por sus características pertenecería a la familia Viperidae y, posiblemente, al género Crotalus. Del animal se representaron las escamas supraoculares, las nasales y lo que parecen ser las postnasales. Entre el ojo y la narina hay una leve depresión que pudiera evocar el orificio termorreceptor. La boca está entreabierta y en su interior vemos largos colmillos –unos rectos y otros curvados hacia atrás–, además de una lengua bífida que se proyecta hacia afuera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario