En 1566, en
la Nueva España se descubrió una conjura que pretendía la independencia de España; llamada la “La
conspiración del Marqués del Valle” llamada así por que Martín Cortés II (hijo legítimo
de Hernán Cortés) era la cabeza de esta conjura.
La
conspiración estaba integrada por Martin Cortes II, quien después de estar al servicio
de Carlos V, había regresado en 1563 a la Nueva España como segundo marqués del
Valle de Oaxaca, señor de Cuilapan, Mexicapa, Cuernavaca, Coyoacán, Toluca,
Charo, Tuxtla y otras villas y lugares; los criollos Alonso y Gil González de Avila
(hijos del conquistador de Nicaragua), Martín Cortés (hijo de Cortés y la
Malinche) y Luis Cortés Zúñiga.
Pero fueron
descubiertos y los planes de ser Rey de la Nueva España por parte de Martín
Cortés fracasaron, En julio de 1566, los tres hermanos Cortés fueron detenidos.
Todos fueron condenados a muerte, sin embargo el nuevo virrey, don Gastón de
Peralta salvó a los hermanos, no así al resto de los implicados.
Los Hermanos
Ávila fueron decapitados, Martín Cortés y Luis Cortés fueron desterrados y desposeídos
de todos sus bienes (después fue perdonado y se le regresaron sus bienes), a
Martín Cortés (el Mestizo) fue torturado y desterrado.
En donde estaban sus casas fueron demolidas y
los terrenos se cubrieron con sal, según establecía la sentencia. El terreno
quedó abandonado durante años inclusive fue utilizado como basurero. La placa
que se observa en este punto del recorrido, esculpida en el siglo XVI, narra
los acontecimientos. (casi no se alcanza a leer por el desgaste).
Tiempo
después, las propiedades de los Ávila fueron otorgadas en usufructo a la
Universidad Real y Pontificia para que allí se edificara su sede. Este proyecto
nunca se realizó y los terrenos pasaron después por varios dueños. En el año de
1928 se instaló en este lugar la antigua Librería Robredo que fue traspasada en
1934 a José Porrúa e hijos.
Esta Placa
se encuentra al pie del Templo Mayor.
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