pedía al caminante que le ayudara a subir, y se dirigía hacia la cueva; cuando se iban acercando a la cueva el anciano hacía al acompañante, proposiciones de riqueza inagotable a cambio de su alma.Al llegar a la cueva, la insistencia se volvía seductora, casi imposible de ser rechazada. Algunos incautos, crédulos o codiciosos, se atrevían a entrar. Cuentan que dentro de la cueva, había un gran lago de maravillosas aguas azules donde nadaban y se bañaban unos patos majestuosos, los cuales comían, chilacaxtle que había en abundancia. Después del lago, al fondo de la cueva, se podían ver unas ollas de barro repletas de monedas de orola luz que emitían las monedas fulguraba en la caverna y despertaba la codicia del más honesto de los hombres; tales monedas eran ofrecidas por el anciano a su presa...Los incautos visitantes que llegaban a tomar una sola moneda, se quedaban encantados dentro de la cueva pues habían vendido su alma al diablo y éste cobraba implacable su deuda; en cambio, si rechazaban el dinero, podían encontrar la salida de la cueva salvándose así, de los engaños del diablo.Yo no podría afirmar todo esto porque no lo he visto, pues me he cuidado mucho de no encontrarme con el viejecillo. Todo lo sé porque lo platicaban mis abuelos y lo cierto es que durante años y años, se han perdido dentro de esa cueva muchas, muchas personas, especialmente niños, de los que nadie ha vuelto a saber nada.Historia narrada por la señora María Guadalupe Jiménez de Serrano. Vecina oriunda de Iztapalapa.
La cueva C-012 promete una
interesante posibilidad para estudios arqueoastronómicos, ya que la cueva se
ilumina a través de una apertura en el techo durante los días próximos al
solsticio de invierno, un petroglifo de líneas paralelas orientadas al norte y
perpendiculares destaca sobre una laja inclinada que es bañada por los rayos
del Sol. Es posible que estemos frente a un reloj solar que permitía ajustar el
calendario. Recordemos que el Cerro de la Estrella fue utilizado por los mexicas
para la ceremonia del Fuego Nuevo, la festividad calendárica más importante de
ese entonces.
La cueva más grande del conjunto y sin duda la más célebre
de todo el cerro es la "Cueva del Diablo". Las leyendas narran su
extraordinaria extensión y sus cualidades místicas, pero cuando la exploramos
percibimos sus estrechas dimensiones, tal vez era más grande, pero hoy está
azolvada. Al fondo encontramos restos de brujería de sierra bastante recientes,
reminiscencia de su importancia ritual de antaño.
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