Los antiguos habitantes del Valle de México veneraban a la naturaleza y el agua. El cerro de Chapultepec era un lugar sagrado; los gobernantes Moctezuma Ilhuicamina, Ahuízotl, Moctezuma Xocoyotzin, así como el de Texcoco, Nezahualcóyotl, construyeron ahí sus templos, casas de descanso, un acueducto para llevar agua a Tenochtitlán y sus baños. Moctezuma Xocoyotzin tuvo ahí su colección de peces exóticos.
Se ha descubierto que el baño de Moctezuma tenía seis metros de profundidad. La construcción original era de forma rectangular escalonada. Tenía secciones de argamasa pintadas de rojo. Después de la Conquista, el estanque de aguas cristalinas fue alberca de Hernán Cortés y la Malinche, de los virreyes, de cadetes del Colegio Militar, del emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota de Bélgica, entre otros personajes.
A inicios del siglo XX, Porfirio Díaz encargó la remodelación del Bosque de Chapultepec, que incluyó a la alberca: de su aspecto rectangular pasó a una forma octagonal.
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